Palabras de la Psicóloga Susana Chauriye, especialista en enfermedades catastroficas.

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La hemofilia es una parte de las personas, pero no lo es todo. Nuestra identidad es más que sólo ser una persona con hemofílica, existe una diferencia entre tener hemofilia y ser hemofílico. Nos invita a observar la diferencia entre ser y padecer.

El ciclo de la vida esta dividido en tres etapas: Familia-Persona-Hemofilia.

Explica que todos tenemos diferentes ciclos en el cual nos adaptamos a los cambios, cuando tenemos una pareja tenemos una vida distinta a cuando tenemos hijos, del mismo modo cuando son bebes la dinámica familiar es diferente a cuando son escolares, etc. Nos traslada al momento en el que sabemos que nuestro hijo esta enfermo pero no tenemos un diagnostico como aparecen un torbellino de emociones: tensión, incertidumbre, ambigüedad, vulnerabilidad.

Diagnostico

Sufrimos un duelo, perdemos el niño sano y nos enfrentamos a la tristeza, confusión, negación, minimización, ansiedad, incertidumbre, rabia, miedo.

Familia

Se torna hiper vigilante, sobre protectora,

aparecen beneficios secundarios para el niño por ejemplo el es privilegiado con menos labores hogareñas, se confunden asuntos de la edad con los de la enfermedad. La familia se aísla, deja de compartir con otras familias y todo gira en torno a la enfermedad.

La tensión es permanente para la familia. Cuando no hay problemas ni síntomas, estamos con el "alma en un hilo" esperando que algo pueda pasar. Se nos comienzan a agotar los recursos materiales y/o emocionales. Cualquier cosa nos puede "sacar chispas", se nos agotan las baterías. Todo gira en torno a la salud.

Qué debemos hacer

Vivir el proceso de duelo en familia, hablar, discutir, vivir el dolor en familia, conversar del tema por que a veces percibimos como rechazo de nuestra familia el tener un hijo con hemofilia, pero muchas veces esto puede ser simplemente miedo, temor a no saber cómo hacerse cargo. Integrar al resto de la familia a los cuidados del hijo es muy importante. Toda la familia tiene un dolor, los hermanos sanos sufren al ver a su hermano con complicaciones y dolor. Los hijos sufren al ver a su padre. El dolor abarca a la familia entera, si evitamos el tema cada uno se ir su pieza a llorar con la almohada y eso será peor, no debemos evitar el dolor, ni vivirlo aislados.

Reducir el grado de incertidumbre, tener toda la información actualizada disponible para poder enfrentar la enfermedad. Pero hay que tener ojo con la fuente, internet nos presenta una gran cantidad de información, pero no siempre es confiable o actualizada. Confiar en el equipo técnico es fundamental para poder tener el conocimiento científico.

Adaptarnos a los ciclos de la enfermedad, considerar la edad. Adaptarnos también a los distintos ciclos, como los periodos de sangrado, tomando en cuenta que luego volveremos a la normalidad. Eso implica flexibilidad. Debemos ser elásticos para poder adaptarnos. Si vamos a ir a un paseo, saber qué debemos llevar, que debemos dejar, cuantos deben ir, etc. Debemos poner la enfermedad en su lugar. No puede ser el centro o motor de todo. De igual forma debemos estimular la máxima autonomía. Para hacer esto debemos potenciar la comunicación clara y directa en lo práctico y emocional. Debe haber, también, una toma de decisiones compartidas.

Los niños de 1 10 años

Características el desarrollo normativo, exploran el mundo, aprenden a relacionarse, concepto de si mismo, No quieren ser vistos como diferentes. Los padres deben evitar hacerlos sentir diferentes, por ello la reacción de estos es muchas veces más importante para el niño que el problema mismo. Cuando están listo preguntan de su enfermedad los padres deben responderle lo que preguntan, solo lo que preguntan, para todo lo demás aspectos ellos son niños completamente normales. Los niños pueden utilizar la enfermedad para manipular a los padres y hermanos. Es parte normal del crecimiento que los niños se sienten como el centro del universo. Todos los niños requieren límites.

Dinámicas Disfuncionales de la Familia

Establecer una alianza con un progenitor en contra del otro.

Un padre aparece como hiper responsable y el otro indiferente, o uno autoritario y el otro indulgente.

La enfermedad también, puede desviar los conflictos no resueltos de la pareja, se unen los padres para proteger al niño.

Desafíos

Cuidar la integridad del hijo versus la necesidad de mayor autonomía.

Integrarse a sus pares, que se le permita jugar en forma relativamente segura.

Todos los niños deben tener un rol activo en su propio cuidado. Reafirmarlos en su valor intrínseco.

El es valioso por lo que es, no por lo que haga. Se debe promover su autoestima.

Recordemos que las personas no queremos ver sufrir no queremos sentir dolor, pero el dolor es parte de la vida.

Preocuparse de que las normas estén basadas en los límites y riesgos de la enfermedad, no en la edad cronológica.

Colaborar con las tareas familiares.

La familia debe aprender a relacionarse con otros sistemas como colegios, hospitales, etc.

Adolescentes

Ante las limitaciones físicas presenta timidez y vergüenza. Ignoran algunas manifestaciones de su enfermedad, están centrados en el hoy por ejemplo, prefieren continuar corriendo en una competencia por el colegio aún cuando comience a sentir dolor en su rodilla, porque es más importante dejar bien al colegio o a él mismo.

Comienza a pensar en su vocación, en lo que va a hacer de su vida, la elección de la carrera a veces puede no estar considerando el riesgo que ella puede tener. Es importante poder conocer los riesgos y evaluarlos a la hora de hacer esa elección. La elección de la relación de pareja. Los tratamientos interfieren con sus actividades, se genera un resentimiento, falta adherencia al tratamiento. Se produce la necesidad de gratificaciones impulsivas e inmediatas más la presión de los pares por conductas de riesgo.

Niños sobreprotegidos pueden ser adolescentes temerosos, dependientes o desafiantes al control de los padres.

El adulto

En las entrevistas de trabajo ¿debo contar que tengo hemofilia?.

Búsqueda de una pareja. Aparecen cuestionamientos similares a los laborales ¿por qué me va a escoger a mi y no a otro que es sano?.

La estabilidad económica, puede verse aumentada por los costos de la enfermedad.

Los padres creen que con la crianza adecuada van a tener un adulto sin sufrimiento a pesar de su enfermedad. Esta bien que se deprima a veces, en toda etapa se presenta dificultades.

La Pareja

El compañero sano aprende de la enfermedad para sentir control y bien manejo de la situación. La decisión de tener hijos involucra tres aspectos:

• La ambivalencia por la amenaza de pérdida no reconocida.

Temor a la transmisión genética.

• El temor que el cónyuge enfermo no sobreviva para criar a sus hijos hasta la edad adulta.

En este sentido es importante tener en cuenta que uno podría salir a la calle y ser arrolladlo por un bus. El riesgo existe en todos los casos.

La pareja puede tener temor frente a las primeras complicaciones.

El padre hemofilico

Se enfrenta a la posibilidad de no ver a sus hijos adultos. Los hijos, por otro lado, perciben el peligro, la amenaza de perder al padre. Necesitan saber que están seguros. Por otro lado, en el tema del cuidado, los hijos pueden requerir cuidado a su padre, pero este no debe perder el rol.

Padre de hijo hemofílico

Ellos pueden desarrollar sentimientos de culpa, obligándose a más tiempo y energía que puede ser desmedida. Pueden reaccionar sensible a comentarios de profesionales médicos, por lo que es importante tener un dialogo fluido con ellos, es importante poder ponerle un freno a un profesional que tenga una reacción fuera de lugar (por ejemplo un médico que le diga a los padres "¿Y recién ahora me lo trae?").

Los hermanos.

Sienten que son los olvidados de la familia y pueden desarrollar resentimientos porque toda la atención se centra en el otro hijo. Es "obvio" que tiene que colaborar, portarse bien y sacarse buenas notas. Pueden llegar a abandonar sus logros o proyectos por culpa de estar sanos protegiendo del dolor emocional al niño enfermo. De la misma manera que los padres pueden postergar sus propios proyectos. Los hermanos pueden tener temores acerca de la muerte de su hermano. Cuando son niños, es un tema muy relevante. Los hermanos menores necesitan información y apoyo a sus preguntas, necesitan saber si es contagioso o saber porqué le pasa lo que le pasa al hermano. Algunas veces pueden desarrollar dolencias somáticas como dolores de cabeza, o trastornos de sueño. A veces puede coincidir con las crisis del hermano enfermo porque se angustian o quieren llamar la atención. Los hijos Pueden ser protectores de los papás. Si los ven angustiados o aproblemados, pueden guardarse todo lo que les pasa para evitar aumentar la carga de los padres. Es importante por lo tanto, darles un tiempo a los hermanos, la culpa pueden manifestar a través de fantasías. Los hermanos pueden generar ira por las demandas de cuidado del hermano enfermo. En los adolescentes pueden generar conflictos.

Factor genético

La mujer portadora, la familia debe hacerse una asesoría genética, que se realiza en el hospital Calvo Mackenna, las madres deben ir superando sus sentimientos de culpa y vergüenza, ayudarlas y apoyarlas en el tema de ser portadoras.

Oportunidades que se abren frente a la enfermedad

Como el contacto con los límites nos permite crecer, jerarquizar y vivir el presente, no pensar que viviremos eternamente y concentrarnos en cosas que a veces no son tan importantes. Nos permite y da la posibilidad de vivir en el presente, toda crisis tiene dos caras.

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